Rustido de pollo con orejones y ciruelas

Esta receta es la primera que aprendí de  la maravillosa cocina catalana. Me la enseñaron unas mujeres estupendas siendo muy joven y que fueron compañeras de trabajo durante un tiempo. Ellas fueron como mis abuelas, haciéndome sentir acogida. Lograron con sus recetas apasionarme por la cocina y olvidar un trabajo monótono y poco realizador.
En la cocina no hay fronteras, edad, religión ni colores. Mi experiencia es, que a través de ella hay un entendimiento que va mas allá de las palabras y que todo lo que se hoy en cocina es gracias a muchos momentos compartidos con muchas personas.
Para mi no tendría valor cocinar sin todas aquellas personas a las que quiero y que me apoyan. Sobre todo a mi familia que disfrutan de mis platos aunque algunas veces no me salgan bien.
Detrás de cada una de mis recetas hay historia y vida y por eso quiero dar las gracias.

Ingredientes

1 pollo
1 cebolla grande
1 cabeza de ajo
2 tomates maduros
1 hoja de laurel, 1 rama de canela
10 orejones y 15 ciruelas secas
1/2 vaso de aceite y un vaso de vino blanco y agua
1 pastilla de caldo de pollo concentrado

Elaboración

Empezamos por calentar el aceite en una cazuela, que originalmente se hace en una barro.
Partimos la cebolla en trozos no muy pequeños, pelamos los tomates y cortamos a trocitos, reservamos.
El pollo se trocea y se salpimenta y a fuego fuerte doramos un  poco el pollo. Seguidamente agregamos la cebolla, los tomates, la cabeza de ajos entera, la hoja de laurel, la rama de canela, la pastilla de caldo y el vino.  Dejamos que se evapore el alcohol y añadimos como dos a tres dedos de un vaso de agua.
Dejamos rustir a fuego suave tapando a medias, moviendo de vez en cuando. Cuando lleva mas o menos media hora, agregamos las ciruelas y los orejones y lo
dejamos rustir de 10 a 15 minutos mas. (La textura del pollo tiene que ser espesa y gelatinosa también se le pueden añadir piñones. (mejor si reposa media hora)